viernes, 29 de enero de 2010

Taberna Stop Madrid

Metro: Gran vía (Línea 1, 5), Chueca (Línea 5).
Horario: L-D de 12 a 2.
Web: www.stopmadrid.es
Puntos 7 Bevidas: 7/10.

Fundada en 1929 y a escasos metros de Gran Vía, la taberna Stop Madrid es el respiro perfecto para huir de las hordas de gente que- imbuidas por un febril espíritu consumista- abarrotan la calle Hortaleza y Fuencarral cualquier tarde de sábado. Aunque sus precios son un poco más elevados que otros locales de la zona, merece la pena tomarse un vinito acompañado de la mejor pareja posible- y no hablo de una chuti o chulapo, según los gustos- sino de un plato de jamoncito ibérico o queso manchego, que en esta casa lo ponen de vicio.

Siguiendo los cánones de la moda para tabernas en la capital- multitud de botellas y polvo, mucho polvo- Stop Madrid nos ofrece infinidad de vinos (más de setenta variedades) y unas tapas que hacen la boca agua. Para los más madrugadores o para los amantes del mañaneo, os recuerdo que este bar no abre hasta la una del mediodía y cierra sus puertas a las dos de la madrugada, que según son los horarios en Madrid, podemos considerarlo todo un lujo.

viernes, 22 de enero de 2010

Bar las rejas, Madrid

Metro: Sol (Líneas 1, 2, 3), Opera (Líneas 2, 5),  La latina (Línea 5), Tirso de Molina (Linea 1).
Puntos 7 Bevidas: 10/10.
Situado en uno de los enclaves más miticos de Madrid la Taberna “Las Rejas” es sin duda un establecimiento digno de ser visitado.
Bar enfocado en principio al público guiri, “Las Rejas” es un espacio que esconde grandes sorpresas y posibilidaades para los amantes de la jarana y el jolgorio y que sin duda es un punto alternativo de encuentro para las noches de la capital.

Para empezar, esta tasca es ideal para aquellos que disfruten con estilo retro más cañí, pues al cruzar la puerta parece que nos hubieramos teletransportado a un capítulo de la serie “Curro Jiménez”  pues más que un garito del 2010, parece una fonda de la España del XIX.

Por supuesto, sus productos van acorde con el estilo del local, pues el plato más arriesgado son las patatas bravas y su cocktail más cosmopolita es la sangria, eso sí en ambos la calidad es más que aceptable.

Pero lo que realmente hace que “Las Rejas” sea un lugar digno de mención es su oferta lúdica ya que todo aquel visitante que se acerque hasta aquí podrá disfrutar de un peculiar servicio de karaoke. Para nada me refiero a la clásica pantalla con la letra de la canción acompañada de un infame “videoclip” con música enlatada.

De lo que os hablo es de la posibilidad de cantar un número ilimitado de canciones de ayer, hoy y siempre tanto en castellano como en inglés acompañado al teclado por un músico tan versátil como paciente (es decir, soporta a los borrachos y sus innumerables peticiones musicales con estoicismo). Por supuesto el repertorio es de lo más amplio con canciones que van desde Jose Manuel Soto hasta el mismísimo Elvis.
El ambiente que se crea cuando la música empieza a sonar y los “cantantes” se animan a interpretar una pieza tras otra es genial y muy habitualmente los diferentes grupos de amigos presentes en la sala acaban fundiéndose en una atmósfera en la que risas, diversión y el buen rollo imperan.

Por todo ello concluyo que esta taberna de la Plaza Mayor es más que recomendable para cualquier tarde noche en la que pasarlo bien sea el objetivo, ya que “La Rejas” garantiza esto con creces. Animaros y ¡a disfrutar!

viernes, 15 de enero de 2010

Taberna Ángel Sierra, Madrid

Metro: Chueca (Línea 5). Horario: 12:00 a 00:30. Puntos 7 Bevidas: 8/10.
En una esquina de la popular plaza de Chueca se ubica la Taberna Ángel Sierra, establecimiento con gran solera donde botellas de edad infinita y abrigadas con una espesa capa del polvo acaparan las estanterías y paredes del local. Sus precios de antaño- acordes al lugar- y sus especialidades convierten a esta taberna en una parada obligatoria para los activistas del aperitivo, quienes reivindicamos un puesto de honor para el vermouth de grifo junto a tradiciones tan castizas como la siesta o la tortilla española.

Arremolinados en la barra o disfrutando en el exterior- sin pisar treinta cm más allá del perímetro del la taberna (sino Gallardón se enfada…)- los clientes dan vida a un local de carácter único, que ha sabido mantener intacto su temperamento a pesar de vivir en un barrio donde es pecado no ser un seguidor acérrimo de las últimas tendencias.

jueves, 7 de enero de 2010

Sala Polana, Madrid

Metro: Chueca (Línea 5), Gran vía (Línea 1, 5).
Horario: L-D de 22 a 5.
Puntos 7 Bevidas: 7/10.
En el centro de Madrid y a solo unos pasos de la plaza de Chueca, se encuentra la sala Polana. Si no te intimidan el par de gorilas de su puerta y eres un fan incondicional de Raffeala Carra, aseguro que encontrarás en este local de pseudo-ambiente la mejor pachanga española.

A las 03:00 de la mañana, hora punta en la ciudad, la sala Polana se convierte en un instructivo documental de National Geographic. Desde el observatorio de la segunda planta- que hace, a su vez, de zona de fumadores e inmejorable escaparate- se puede ser testigo de las maniobras de cortejo de los machos betas (coloquialmente llamados heterosexuales) los cuales, agazapados entres su manada de amigos gays, acechan a las féminas enfervorecidas por el musicote ochentero y frustadas por no ser el centro de atención de la testosterona reinante en la pista.

Sin duda, este bar- con espectáculo "erótico festivo" incluido (no recomendable para machos beta) ha conseguido ser todo un clásico madrileño. Así, tras un par de aderezos etílicos, te dejas llevar por el ritmo y frenesí del típico chiringuito playero, convirtiéndose, en pequeñas y separadas dosis, altamente recomendable en la dieta de cualquier amante de la noche.

viernes, 1 de enero de 2010

Sidrería El Tigre, Madrid

Metro: Chueca (Línea 5), Gran vía (Línea 1, 5).
Horario: 12:00 a 02:30. Puntos 7 Bevidas: 6/10.
Sidrería de tapadera, El Tigre esconde tras su puerta uno de los mayores reclamos para los miles de extranjeros que visitan Madrid cada año: cañas a precio irrisorio- para ellos, por supuesto- acompañadas de abundante comida- si así se puede llamar- la cual supera con creces a los más exquisitos manjares de su país de origen. En una ciudad que prohíbe sacar las consumiciones a la calle y en la cual hay más dipsómanos que palomas- dicho desde el cariño- este bar siempre se encuentra en plena ebullición, haciendo imposible encontrar un mísero metro cuadrado libre de estudiantes, guiris y demás fauna madrileña.